La gastronomía mediterránea es conocida mundialmente por su variedad de sabores, ingredientes frescos y platos tradicionales. Además, es considerada una de las formas de alimentación que más beneficios aporta a nuestra salud. Entre las numerosas delicias gastronómicas que España ofrece, sin duda, las tapas destacan como una parte icónica de su cultura.
Las tapas son pequeñas porciones de comida que se sirve como acompañamiento de una bebida en bares y restaurantes. Se colocan sobre una tabla o plato y se consumen en uno o dos bocados.
Origen
Las tapas tienen una larga historia en España y aunque hay varias creencias sobre su origen, la teoría más popular y extendida afirma que las tapas surgieron en la Edad Media, cuando los meseros (personas que atienden a los clientes en los bares) comenzaron a cubrir las copas de vino con una rebanada de pan o queso para evitar que insectos y polvo cayeran en ellas. De ahí el nombre que recibe estas delicias culinarias “tapa” ya que su función era tapar la bebida. De esta práctica se dice que surgió la costumbre de acompañar las bebidas con pequeñas porciones de alimentos.
Evolución
A lo largo del tiempo, las tapas se convirtieron en una parte esencial de la cultura gastronómica española a la vez que variaban sus formas y sabores. Cada región de España tiene sus propias especialidades en tapas, lo que refleja la diversidad culinaria del país. En el norte de España son muy comunes los ‘pintxos’, que al igual que las tapas son pequeñas porciones de comida ensartadas en palillos de dientes. En Andalucía sin embargo, estas tapas no contienen el palillo y pueden incluir pescaíto frito, salmorejo y gazpacho.
Tapas clásicas.
Entre las tapas más clásicas del país podemos encontrar:
- Patatas Bravas
- Tortilla de patatas
- Croquetas
- Gambas al ajillo
- Boquerones en Vinagre
- Albóndigas
- Jamón ibérico
- Pimientos del Padrón
- Berenjenas a la parmesana
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